Crónica de la I Jornada apícola en Báguena.

El 5 de junio tuve la suerte de participar en la I Jornada apícola de Báguena y digo suerte, porque lo pasé muy bien, aprendí bastantes cosas de un mundo del que lo desconocía todo, probé ricas mieles y fui tratada con una amabilidad y una hospitalidad de las que te dejan huella.
Nos presentamos en el bar viejo de Baguena, sobre las 10 de mañana, no éramos muchos, pero si teníamos ganas.

Jesús Sanz, el apicultor, que para mi sorpresa resultó ser también el alcalde, era el encargado de guiarnos, tanto en la marcha que íbamos a comenzar como en los primeros pasos que acabábamos de dar en el fascinante mundo de la apicultura, después de salir del pueblo y tras atravesar la carretera Nacional, comenzamos a subir por una pista, donde tras los primeros resoplidos, empezamos a sudar, pues el calor apretaba y la subida también, Jesús, nos iba señalado las diferentes plantas melíferas, las de saúco, las de espliego, la verberena, el romero cola de gato…vimos las primeras colmenas y seguimos subiendo, al llegar arriba la verdad es que la vista merecía la pena, teníamos enfrente Argulay y disfrutamos de una panorámica de película, estaba el monte que se salía de verde, de hermoso, de vivo, la verdad es que el agua caída le ha hecho mucho bien, tiramos unas fotos , y empezaron a molestarnos las primeras llamadas de móvil, sacándonos de nuestra abstracción, decidimos descender por una ladera para ganar tiempo, y acercarnos más rápidamente al colmenar, lo primero que avistamos fue una señal de “ Peligro, abejas” y aunque Jesús nos comentó que hay que respetarlas, también nos dijo que no agreden, si no son agredidas o se sienten en peligro.Nos había preparado una colmena transparente para que pudiéramos ver a las abejas en actividad, a la vez que comprobábamos como todo se movía alrededor de la reina. A la vez nos comentó que hoy en día ha cambiado un poco la cosa, pues le meten los cuadros de cera a las abejas para que ellas únicamente se dediquen a la fabricación de miel. También nos hablo de los diferentes tipos de colmenas y de cómo han evolucionado. Tras un rato de observarlas las volvió a cubrir y seguimos nuestra marcha esta vez para recoger flores de las que tanto atraen a las abejas y sirven para darle un color o sabor característico.
Recogimos romero, saúco, espliego, cantueso, amapolas, margaritas y otras de las que ya no recuerdo el nombre, y tornamos al pueblo donde dejamos las flores preparadas para la charla de la tarde,
Después visitamos el museo de la miel, donde Jesús ha recogido diferentes tipos de paneles, o colmenas, distintos utensilios con los que ha trabajado o trabaja el apicultor, las prendas con las que se protege, las máquinas que se usan hoy en día para separar la cera de la miel y dejarla ya lista para su uso.
Nos explicó, cuando, como y para que servía cada objeto y la verdad es que nos tenía tan embelesados que allí no se oía ni una mosca, se nota que conoce el tema y que le gusta y disfruta con el. Además nos habían preparado agua fresca con limón y miel, que después de los calores pasados, nos supo a gloria.

Volvimos a Lechago para comer, pero prometimos volver para la sesión de la tarde y es que si por la mañana disfrutamos , por la tarde queríamos seguir haciéndolo; las cuatro y comenzó la proyección del reportaje que Eugenio Monesma hizo hace algunos años sobre los antiguos mieleros, otras técnicas, pero con iguales resultados, el aprovechamiento de la miel, la cera y el polen; después, degustación de diferentes tipos de miel: brezo, romero, eucalipto, mil flores, con distintas sustancias, requesón, nueces, queso, yogur probamos un trozo de miel aún sin separar de la cera, caramelos con miel y vimos diferentes productos para cuya elaboración se utiliza la miel o sus derivados, champú, gel, jabón, cremas faciales, pintalabios, velas.
También estuvimos leyendo diferentes fichas que habían colocado los de la Asociación Vaguena, a los cuales debemos esta primera jornada apícola, gracias por la parte que os toca, estuvo muy bien, ojala pudiésemos repetir más cosas y en más sitios.
En dichas fichas hablaba un poco de todo desde la historia de la miel y de las abejas, que ya se conocía en tiempo de los egipcios, romanos y demás, hasta su uso terapéutico.

Para no alargarme más os diré que luego vimos un documental hecho por Jesús en sus colmenas y en el cual Raquel su hija, nos explicaba con pelos y señales, las diferentes clases de abejas, reina, obrera y zángano, que se diferencia por su tamaño y por su abdomen, que la reina vive unos tres años y ha estado alimentada con jalea real y que las otras abejas viven entre 30 y 45 días.

Después Jesús comenzó su charla la verdad es que estábamos como hipnotizados oyéndolo hablar de la vida de las abejas

De las cosas que más se me han quedado grabadas es que la miel no tiene fecha de caducidad, que cada enjambre solo tiene una reina, que el humo que echan es para hacerlas creer que se está quemando la colmena, se atiborren de miel, preparándose para ir a otro sitio y que por lo tanto se queden más tranquilas,.bien porque están preparadas, bien porque están ahítas, que se comunican entre ellas, haciéndose saber donde están los mejores pastos o cualquier otra cosa que les preocupe y que gracias a ellas disponemos de muchas flores y de un entorno mucho más natural, pues son unas gran polinizadoras. No podría terminar sin hacer hincapié en lo que Jesús nos repitió varias veces a lo largo del día, que las abejas al libar tienen un papel esencial en la polinización, la multiplicación de las especies florales y el desarrollo de los cultivos frutales ¡sin polen, no hay fruta, sin abeja no hay polinización! Las abejas son muy sensibles a la
polución . Es esencial que el hombre respete su medio ambiente y mantenga las condiciones favorables a su desarrollo: evitando por ejemplo los tratamientos químicos nocivos sobre los cultivos frutales, la destrucción de los setos vivos que bordean los campos, ricos en plantas melificas, o el abandono de cultivos como la alfalfa o el trébol, grandes productores de néctar.
Citaré también una frase de Einstein:
"Si la abeja desapareciera de la superficie del globo, al hombre solo le quedarían 4 años de vida : sin abejas, no hay polinización, ni hierba, ni animales, ni hombres ..."
Y ya solo me quedar dar las gracias a Jesús por su amabilidad, su elocuencia, su ganas de luchar por el medio ambiente e intentar dejar un sitio más bonito y mejor para nuestros hijos, donde árboles, frutos, flores, miel, plantas y tierra convivan en paz .

Gracias Jesús, gracias Vaguena
Mª Jesús Soriano Guallarte